Reflexiones

La labor docente ha sido y seguirá siendo un trabajo bastante reconfortante de forma personal pero siempre criticado y cuestionable para la sociedad; ya que el ser humano nunca deja de aprender algo en su vida.
Desde que soy docente he realizado mi labor de la manera lo más correcta y adecuada que se pueda, tratando de lograr en mis estudiantes una inquietud de seguir aprendiendo, de no quedarse sólo con lo que yo pueda aportar en ellos con mi experiencia o de aprenderse al pie de la letra lo que dice el libro, sino de generar en ellos la duda o la pregunta que los lleve a querer resolverla investigando otras y nuevas formas de por hacerlo.

La práctica docente que hasta hoy he realizado y todos los problemas, conflictos y circunstancias que he vivido en ella,  me han permitido mejorar no sólo  como persona sino también mejorar mi labor docente, ya que he podido diseñar estrategias de aprendizaje y enseñanza que aplico con los estudiantes que al poder hacer esto me llevo de la mano para buscar materiales y recursos que pueda realizar o utilizar y generar con ello un mejor aprendizaje en los jóvenes.

La evaluación y auto evaluación que uno hace como docente nos permite valorar la importancia que tiene nuestra capacitación para el mejoramiento  de nuestras competencias y la adquisición de algunas de ellas si aún no las tenemos.

La actualización constante de mi profesión como docente me ha permitido conocer la interacción que existe entre las partes que integran el proceso educativo, adquirir competencias, habilidades, actitudes y valores que me sirve para ser mejor persona y por consiguiente mejor docente.

En la medida en que los docentes nos capacitemos y estemos abiertos a nuevos conocimientos nuestra sociedad será capaz de salir adelante en los problemas que se presenten y contribuiremos a disminuir la brecha de la desigualdad social mejorando las condiciones de vida de las personas

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